La urgencia mundial de la presente crisis requiere de un pensamiento claro e iluminado basado en principios espirituales y entrenado en el discernimiento entre las grandes líneas de fuerza y aún más, dentro de las diferentes gradaciones de la línea escogida.
No basta con elegir el lado del “bien”, también hay que saber discernir entre los matices primarios y secundarios de los así llamados principios correctos.
Aquí unas palabras de Alice Bailey a los hombres y mujeres pacifistas que en 1942, en un momento igual de crítico para la Humanidad que el presente, no deseaban la confrontación abierta con el Eje del Mal.