Dr. Roberto Assagioli

[edición en curso]

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El Desarrollo Transpersonal

Apéndice Primero

Elementos espirituales
de la personalidad: el sentido moral
(Apuntes sin elaborar)

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Es la conciencia de lo recto, de lo justo y de lo bueno, que se manifiesta como: voz de la conciencia, sentido de responsabilidad, sentimiento de justicia (este último ya en los niños y en los seres primitivos).

Desarrollo gradual desde abajo. Se revela en la acción externa; relaciones con los demás, autoridad; normas externas, códigos morales, reconocimiento del derecho de los demás, justicia, solidaridad, transgresión y sanción, culpa y pena; punición, aceptación, reconocimiento de lo que es justo. Interiormente: asunción interna de la ley, autonomía, refinamiento y desarrollo de la conciencia moral.

 

Oh digna y límpida conciencia

cuan amarga brida te resulta el menor fallo.


Elementos ya innatos a la personalidad (hereditarios, auto hereditarios, ambientales) y rayos que descienden sobre ella.

Aspectos más elevados: solidaridad de grupo cada vez más amplia, unidad de la vida (horizontal); una concepción cada vez más espiritual, interna, dinámica. Unión con la perfección, con el Yo Espiritual (vertical).

Patología de la Moral

Perduración de estadios primitivos: estancamiento, degeneración, caricatura, exageración, perversión, represión.

Miedo excesivo al mal: moralismo estrecho y moralidades negativas, constrictivas, represivas y estáticas.

Fariseísmo: orgullo de la propia moralidad.

Fingimiento, hipocresía, formalismo.

Inmoralismo. Amoralismo. (Más allá del bien y del mal). Pasar de una concepción moral estrecha, fosilizada, muerta, a otra más amplia; de una estrecha ley de justicia a la ley del amor. Espíritus prometéicos, aparentemente inmorales.

Cristo y los fariseos. Spinoza, etcétera.: Destruir para reconstruir.

Crisis de pasaje, peligroso; posibilidad de desviaciones, de reincidir en la inmoralidad. Pseudoprometéicos. Nietzsche y nietzscheanos. Ver la poesía de Luigi Valli: Pitecántropo (caricatura del superhombre).

Sin embargo estas crisis son necesarias para el desarrollo. Comprender que es así, tanto para uno mismo como para los demás, permite dirigirlas oportunamente.

Remordimiento. Incapacidad de superar la culpa. Lady Macbeth: «Ni con todos los perfumes de Arabia sería posible dulcificar (purificar) esta pequeña mano».

«La enfermedad suele ser, en manos del Superyo, el medio de castigar al Yo, al sí mismo, haciéndolo sufrir. El enfermo se ve entonces constreñido a comportarse como un condenado que precisa de la enfermedad para expiar su delito» (Freud).

Síndromes de autopunición aparente y de autopunición disimulada.

Manifestaciones diversas: miedo a ser arrestado y acusado. Impulso obsesivo a lavarse. Enfermos que se lavan durante horas y horas.

Condenación de un órgano considerado culpable. Antiguo precepto: si tus ojos ven pecado, arráncatelos; si tu mano ha pecado, córtatela. Parálisis. Autopunición extrema: el suicidio.

No todos los suicidios se deben a esta causa, pero sí algunos, sin que la persona sea consciente. confirmación: la enfermedad se alivia tras el «ritual expiatorio» (p. ej. ser lavados).

... los síntomas más constantes y tenaces pueden cesar de un día para otro, cuando el enfermo deviene accidentalmente víctima de algún gran sufrimiento físico, orgánico (fiebre, dolores, intervención quirúrgica) o incluso moral (pérdida del puesto de trabajo o de dinero; luto). Ver el libro de R. Allendy: La justice intérieure, basado en todo esto.

Cura de la autopunición: substituir la autopunición que es la condena y venganza del Principio concebido como juicio severo, inflexible y punitivo por la expiación (que el pecador se convierta y viva), la catarsis, la purificación. La absolución liberadora, la redención. Substituir el remordimiento estéril por el arrepentimiento liberador, la punición por la compensación. El sentido de culpa, de ser imperfecto, pasa a ser el estímulo para trabajar activamente hacia la elevación; da fuerzas para la renunciación y el sacrificio que requiere alcanzar una vida moral y espiritual más amplia, pura y noble.

En el cristianismo esto se encuentra simbolizado y actualizado en el rito de la confesión, que puede y debe llegar a ser un procedimiento individual e interior.

Este es el objetivo de la curación psicológica (psicoanálisis, psicosíntesis): conciliación, eliminación del conflicto estático y desgastante; unificación de lo inferior con lo superior, y su utilización y sublimación. Pasaje por sucesivos estadios hacia la luz, la perfección, el sol interno; unificación de la personalidad con la individualidad.

(Alineamiento, coordinación entre personalidad y Ego a través del yo superior o el supraconsciente).



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El Desarrollo Transpersonal

Elementos espirituales
de la personalidad: el sentido moral
(Apuntes sin elaborar)


Fuente: Lo sviluppo transpersonale, Astrolabio, Roma 1988.

TRADUCCIÓN: Jorge Viñes Roig

Editada por la Fundación «La Piedra Angular» (en curso)
6 junio 2009

 

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